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lunes, 5 de septiembre de 2011
Mérida, clásica y bohemia
Los jueves por la noche las mujeres lucen sus vestidos tradicionales y la trova recuerda canciones de Guty Cárdenas y de Armando Manzanero.
Domingo 04 de septiembre de 2011
Arturo Soto Gálvez | El Universal
Al caer el sol, el romanticismo en Mérida está a flor de piel. Es jueves por la noche y camino con dirección a la famosa Plaza Santa Lucía. En punto de las 21 horas, trovadores vestidos con la tradicional guayabera, guitarra y sombrero de jipi, le cantan a la mujer, tan ardiente como el sol de mediodía.
Suena "Peregrina", canción de Ricardo Palmerín, "Caminante del Mayab", de Guty Cárdenas y "Granito de Sal", de Pepe Domínguez, entre muchas otras. La gente pide y celebra.
La trova yucateca floreció con la intención de musicalizar poemas con una guitarra a finales del siglo XIX. Tienen una personalidad y sonoridad conjunta: el sentir de indígenas mayas, de poetas criollos y mestizos, y ritmos caribeños como la clave, el bolero y la habanera.
En la Noche de Serenata, las famosas bombas yucatecas se escuchan en voz de mujeres que llevan tocados y aretes tradicionales y bordados vistosos.
Esta fiesta previa al fin de semana acapara la atención de muchos viajeros. Y, al concluir, muchos continuamos la fiesta en el Trovador Bohemio, ubicado en Calle 55, número 504, entre las calles 58 y 60.
Pero el fin de semana no se queda sin fiesta. En la noche del sábado, la tradicional Noche Mexicana surge en la voz del mariachi, y con la venta de artesanías y de antojitos.
En el remate de Paseo Montejo abundan los cafés al aire libre y restaurantes rodeados de ese extraño y cálido ambiente yucateco en el que suena el pegajoso son cubano.
En domingo, en diferentes puntos del centro histórico se presentan diversos espectáculos: uno es la Vaquería Regional, baile que nació en las antiguas haciendas del estado, mezclando música maya con española en honor al patrón dueño de la hacienda.
ROLANDO DA CLIC
Acuarela Mérida - Miguel Ángel Gallardo
El Trovador - Pastor Cervera Rosado
Pájaro Azul - Pepe Domínguez y Manuel Díaz Massa
Amarga Duda- Daniel Tenoria
Por Qué - Felipe García
Como Una Estrella - Ricardo Palmerín y Alfredo Aguilar
Celos - Felipe García
Semejanzas - R. y José I. Armida
La ciudad blanca
Mérida fue fundada el 6 de enero de 1542 sobre las ruinas de la ciudad maya T'Ho o Ichcaansihó, que significa "cara al infinito". El conquistador Francisco Montejo llamado El Mozo, le impuso su nombre actual, debido a que la arquitectura de templos mayas recordó a los españoles la belleza de edificios que el imperio romano edificó en Mérida, Extremadura, España.
Al pasear, encuentro a una niña que vende escarabajos vivos llamados maquech. Sonriendo me explica que estos animalitos se alimentan de madera y se utilizan como joyas.
En el caparazón se les montan piedras de colores y una delgada cadena de oro para que las mujeres los sujeten y luzcan en el pecho como un prendedor en fiestas o bodas con vestidos regionales.
Dicen que este insecto antes era una princesa maya, a ella no le permitieron casarse con el hombre que amaba. Un chamán se "apiadó" de ella y la convirtió en maquech para entregarla a su amor como una joya viviente.
A un costado de la Plaza Independencia está la Catedral de San Ildefonso. Las piedras con las que se levantaron grandes templos mayas se utilizaron para construirla durante 40 años (1561-1599). La catedral es única en su tipo por la bóveda de pañuelo y su Cristo, el más grande del mundo bajo techo. La fachada es sencilla; tiene dos torres y tres pórticos de estilo renacentista. Encima de las estatuas de los apóstoles, resalta el escudo del primer imperio mexicano.
Hay que caminar por calles y pequeñas plazuelas para descubrir el Teatro Peón Contreras, de estilo neoclásico. Fue construido y decorado, de 1900 a 1908, por arquitectos y artistas italianos. En su interior se aprecia una escalera de mármol de Carrara y pinturas al fresco.
Paseo Montejo
Son antiguas casonas de estilo europeo del siglo XIX las que se ven a lo largo de la Avenida Paseo de Montejo. Fueron habitadas por acaudalados hacendados henequeneros.
Una de ellas, el Palacio de Cantón, fue anteriormente residencia de gobernadores y ahora el Museo de Antropología, que exhibe piezas provenientes de diferentes sitios arqueológicos del estado de Yucatán.
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