Una ruta para turismo religioso
08/09/13 | 08:03 | Por: redaccion@expres.com.mx
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San Luis contaba con una ermita dedicada a la advocación mariana desde 1656. San Luis Potosí, nuestra ciudad capital, cuenta con diversas rutas turísticas, por ejemplo la que nos muestra el Centro Histórico o la que cubre nuestros famosos barrios, pero existe un recorrido que se debe recuperar y, sin duda, sería una traza que dentro del concepto religioso sería sumamente apreciado.
San Luis Potosí, nuestra ciudad capital, cuenta con diversas rutas turísticas, por ejemplo la que nos muestra el Centro Histórico o la que cubre nuestros famosos barrios, pero existe un recorrido que se debe recuperar y, sin duda, sería una traza que dentro del concepto religioso sería sumamente apreciado.
De arraigada vocación guadalupana, San Luis contaba con una ermita dedicada a la advocación mariana desde 1656 y conserva la traza procesional de aquellos pobladores que durante el virreinato bajaban a la Virgen de Guadalupe del Santuario, hoy Basílica Menor, y la llevaban a recorrer los altares de la ciudad.
Recorrían, a través de la Calzada de Guadalupe, un primer tramo que pasaba por la Caja del Agua y al llegar al Jardín Colón se encontraban con el “Convento de la Merced Redención de Cautivos” o Ermita de San Lorenzo, construido en 1680 y demolido en 1862. Fue hasta octubre de 1892 que se construyó el nuevo espacio que se llamó Plaza Colón, para conmemorar los cuatro siglos del descubrimiento de América.
El andar de la Virgen continuaba al templo de San Miguelito, cuyo origen se remonta al año de 1597, cuando se fundó la Villa de San Miguel, San Francisquito y la Santísima Trinidad. El templo se comenzó a construir en 1733.
Al seguir la procesión se llegaba al templo de San Sebastián, en el barrio del mismo nombre fundado hacia 1603 con algunas familias otomíes. Fue un centro doctrinal de los agustinos hasta 1738.
El recorrido seguía hacia la iglesia de San Agustín. Templo y convento fue levantado por el cronista fray Diego Basalenque.
Y, más adelante, se llegaba al Santuario de San José, cuya construcción fue iniciada por Sor Rosa Cerda de la congregación de las Hermanas de la Caridad, cuya primera piedra fue colocada en marzo de 1874. Y así caminaba hasta el templo y barrio de San Cristóbal del Montecillo, obra que se concluyó en 1747.
Se continúa hacia El Carmen, monumental templo churrigueresco que se debe a Nicolás Fernando de Torres.
Así la Virgen luego era transportada a la Capilla de Nuestra Señora de la Salud y del Espíritu Santo, ocupada en algún tiempo por los padres Dominicos. Después pasaba a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y de San Juan de Dios.
La ruta seguía hacia Catedral, que en sus orígenes fue una ermita de adobe y techo de tejamanil, muy lejano al que hoy conocemos y cuya belleza admiramos propios y extraños, sobre todo a raíz de su remodelación.
El andar de la Virgen continuaba a la Parroquia del Sagrario o la iglesia de la Compañía de Jesús, que data de 1675; después a la Capilla de Loreto, cuyo origen es de 1700. Luego la hospedaban en el templo de San Francisco.
Pasaba la imagen de la venerada al templo de la Tercera Orden y al del Sagrado Corazón, construcción terminada en el año de 1731.
El recorrido culminaba en el barrio de San Juan de Guadalupe, en su casa.
La ruta, hipotética, claro, pero la más lógica para una traza que podría ser un excelente recorrido turístico, sobre todo ahora que se recuperan las ciudades denominadas Tesoros Coloniales, entre las cuales se encuentra San Luis.
Fuente: http://www.elexpres.com
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