Singular ejemplo de arquitectura mudéjar en América, la intervención rehabilita una zona del Centro Histórico del DF
Lunes 25 de julio de 2011
Abida Ventura | El Universal
abida.ventura@eluniversal.com.mx
Era el edificio más suntuoso de toda la Nueva España. De ese gran conjunto arquitectónico que conformaba al Ex Convento de la Merced, hoy sólo queda el claustro principal, cuyas singulares columnas de estilo mudéjar lo han convertido en un edificio de gran riqueza cultural y arquitectónica.
Sus paredes resguardan más de tres siglos de historia: desde destrucciones, ocupaciones militares, abandono e intentos de recuperación.
Ahora, ese recinto de estilo barroco lujoso y exuberante llega a otra etapa. A mediados del próximo año, quedará convertido en el Museo de Indumentaria Textil, Diseño y Moda, y en el Museo de la Música.
El patio principal del claustro lucirá una moderna fachada de cristal, que resguardará los atuendos procedentes de museos nacionales como el de Historia y de las Culturas, así como de algunos espacios regionales.
Las vitrinas que se colocarán en sus pasillos mostrarán un recuento de la indumentaria en nuestro país, con la exhibición de piezas prehispánicas y hasta ejemplares de la moda en el diseño textil contemporáneo. Además de diversos intrumentos musicales.
Un presupuesto de 50 millones de pesos ha destinado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para la recuperación de este inmueble, considerado el “más rico de México y quizá el más bello”.
El proyecto, que dirige el arquitecto Juan Urtiaga y que coordina el arquitecto Jesús Enrique Velázquez Angulo, Coordinador Nacional de Obras y Proyectos del INAH, consiste en la colocación de una cubierta de cristal transparente, con un diseño conocido como “bóveda de pañuelo”, que será sostenida con cables.
“La idea es aprovechar la tecnología contemporánea en la recuperación de un edificio”, dijo en entrevista el arquitecto Velázquez Angulo, quien asegura que la cubierta de cristal -que costará la mitad del presupuesto asignado- será la principal intervención.
El edificio, dijo, contará con los mejores sistemas de seguridad, energía eléctrica, iluminación y las mejores normas de accesibilidad: “Haremos que el edificio cumpla con las reglas y las normas del siglo XXI, pero sin perder sus valores históricos”.
Pero el principal objetivo de esta intervención, señaló Velázquez, es hacer útil el patio principal para montar exposiciones temporales o permanentes.
Los salones que existen actualmente funcionarán como oficinas o bodegas del museo. Mientras que a lo largo de los corredores se ubicarán vitrinas para las piezas de mayor cuidado:
“Los corredores serán parte de la exhibición; las piezas más delicadas las vamos a replegar hacia los muros, todo con una serie de cuidados y filtros especiales”, destacó el arquitecto.
Recuperacion de niveles
El proyecto de recuperación de este edificio, edificado por la orden de los frailes mercedarios en el siglo XVII, inició hace cuatro meses y ahora se encuentra en una primera etapa la cual consiste en el levantamiento de pisos y recuperación del original.
“Estamos en las tareas sucias, recuperar pisos, niveles, mover tierra, resolver los problemas de estructura, quitar cables; como desmantelar el edificio”.
Otra de las etapas será la restauración integral. Hacia finales de este año, un grupo de restauradores someterán a minuciosas tareas de limpieza y restauración las columnas, vigas y muros de ese edificio ubicado en República de Uruguay 170, en la colonia Centro.
Además de los trabajos de restauración, el proyecto incluye la recuperación de los niveles originales para que sus columnas cubiertas con ornatos de relieve, recuperen su tamaño original.
“Ya le quitamos un piso y vamos a bajar a otro nivel, según las calas que se han hecho es el más antiguo”, indicó Velázquez a EL UNIVERSAL durante una visita al inmueble, donde decenas de trabajadores remueven a pico y pala grandes cantidades de tierra.
Aunque la fachada de cristal será prefabricada, el arquitecto asegura que colocarla en el sitio será un procedimiento lento: “Hay que poner pieza por pieza para garantizar que no se meta el agua. No nos podemos permitir algún tipo de filtración aquí donde tendremos elementos textiles, hay que tener mucho cuidado con los controles de humedad y de temperatura”.
Antes de que comenzaran los trabajos de restauración, un equipo de Salvamento Arqueológico del INAH realizó los rastreos necesarios para descartar el daño a cualquier pieza prehispánica. Según Velázquez no se encontró ningún vestigio, ya que el edificio había sido intervenido en el siglo XX. “Estamos casi seguros de que aquí no hay nada, si hubo fue hace 300 años atrás y ya no existe”, aseguró.
El proyecto de recuperación de este histórico edificio, anunciado a principios de este año por el director del INAH, Alfonso de María y Campos, en el marco de los 72 años del instituto, tiene tres objetivos: recuperar el inmueble como ejemplo de la arquitectura mudéjar “más valiosa de América”, recuperar el espacio público y rehabilitar esa zona del Centro Histórico donde se ubica.
“Lo que tenemos aquí es el sincretismo, la unión de tres culturas (árabe, española y mexicana) y es lo mejor logrado en arquitectura mudéjar ”, destacó el arquitecto.
Además, añadió Velázquez, este proyecto será un detonante para recuperar una zona de la ciudad de México: “Con esta restauración empezamos a rehablitar una zona, que de los cuatro cuadrantes del Centro Histórico, es la parte más deteriorada. Aquí es donde tenemos la mayor deuda con la ciudad”.
Todo en función de la cubierta
Una vez que los muros del Ex Convento de la Merced queden restaurados, se comenzará a realizar el guión museográfico, que tendrá como ejes temáticos el diseño textil y la música.
“La museografía aún no la tenemos diseñada, para ninguno de los dos museos. Lo que tenemos es la parte conceptual de lo que queremos, pero no sabemos cómo va a quedar”, dijo Velázquez y aseguró que será la Dirección de Etnología del INAH, quien se encargue de definir el guión museográfico de este nuevo espacio cultural y artístico.
Velázquez asegura que todo eso se definirá cuando la cubierta esté lista: “Todo estará en función de cómo quede la cubierta. A partir de eso se va a definir la museografía”.
“Los museógrafos son muy cuidadosos a la hora de exponer una pieza. Si no les garantizamos que el edificio tendrá las condiciones de húmedad relativa y de iluminación idóneos, no exponen una pieza”. Por ahora, dijo el arquitecto, “Nuestra tarea es dejarlo en condiciones óptimas y asegurar que este espacio pueda ser utilizado”,
Mientras tanto, el despacho Colinas de Buen, que se dedica al cálculo de estructuras y sismos en el patrimonio, realiza las evaluaciones necesarias para la colocación en el inmueble de la fachada de cristal, que se espera tener lista a finales de este año.
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