Hanal Pixán, celebración religiosa más importante de los mayas
Pero también priorizan como una necesidad en comunitario y en equipo la preparación de estos festejos.
Para estudiosos en el tema maya, el Hanal Pixan es una de la máximas expresiones de cómo la cultura maya cuenta con una gran capacidad para incorporar elementos ajenos, por ello esta fiesta ha sufrido modificaciones a lo largo de su existencia, pero sin que pierda su esencia religiosa.
Para el antropólogo Indalecio Cardeña Vázquez, el Hanal Pixán es en realidad una fiesta mestiza, mezcla de los ancestrales rituales mayas en honor a sus muertos y el cristianismo con su concepto de resurrección del alma.
Por ello, afirmó, ‘tenemos que pensar en el Hanal Pixán como una fiesta religiosa, una fiesta en donde se espera en realidad el regreso de las almas de nuestros difuntos y que habitan entre nosotros por espacio de un mes’.
A lo largo de esta fiesta, abundó, ha sufrido diversas innovaciones –como colocar una fotografía del difunto en la mesa o altar- pero en términos generales existe un proceso de conservar su esencia en el cual prevalecen el agradecer su regreso con un banquete y rezos.
Consideró que una fortaleza de esta fiesta es que se sustenta en la tradición, es decir, un conocimiento generalizado de la población del por qué se rinde honor a las almas que retornan y cómo agradarles, no así la costumbre que es un acto reiterado sin conocer el significado del mismo.
El Hanal Pixán, explicó Cardeña Vázquez, cuenta entre sus características principales el ser parte de la tradición de un pueblo vivo, pero también el pertenecer a una cultura, como la maya, que tiene la capacidad para incorporar elementos ajenos, hacerlos suyos y darles un significado propio.
Para la escritora y maestra en idioma maya, Patricia Martínez Huchim, una de las características principales del Hanal Pixán radica en que los preparativos para celebrarlo forman parte de un espíritu colectivo, del trabajo en equipo y de cooperación de todos los individuos de la propia comunidad.
Por ello, criticó ‘la occidentalización’ de la fiesta en escuelas, universidades y sector público, donde suelen realizarse concursos para definir cuál es el altar más bello, sin importar que para ello se incluyan muchos elementos ajenos o innecesarios.
En los pueblos, dijo, ‘la forma de honrar a nuestros muertos es muy diferente y solo necesitamos de una taza de chocolate y la comida, no necesitamos de más pues esto provoca que folcloricemos nuestra propia fiesta y solo sirva para la foto de los turistas.
‘No podemos perder de vista que el Hanal Pixán es una ofrenda de comida a nuestros muertos, tal como lo hacen todos los pueblos mesoamericanos; es la creencia que el espíritu de nuestros difuntos vienen a visitarnos y que no acaba la vida con la muerte física’, dijo.
Por ello, apuntó el especialista, ‘debemos recordar que esta es una fiesta que procede de algo sagrado, es reverencial y no la hacemos para que nos tomemos la foto, para atraer más turismo o sólo para repetir una práctica que realizaban nuestros ancestros’.
Fuente: Notimex
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